La exposición prolongada a un contaminante puede reducir en
varios años la esperanza de vida de un ser humano. La contaminación es un
factor de riesgo para la salud de las personas, llegando a producir enfermedades y otros trastornos.
ALGUNAS ENFERMEDADES CAUSADAS POR LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA
SON:
- CÓLERA
La bacteria que produce el cólera se aloja en el intestino
de la persona infectada, por lo que la principal vía de contagio es la ingesta
de agua o alimentos contaminados. Esto ocurre cuando se consume agua no segura
(agua no potabilizada) y que por lo tanto puede estar contaminada con heces
infectadas, o se ingieren alimentos en contacto con agua contaminada, heces,
manos sucias, o incluso por la presencia de moscas.
En algunos casos, sólo se presenta como una leve diarrea.
Pero se calcula que 1 de cada 20 personas infectadas puede tener la enfermedad
en estado grave, presentando los siguientes síntomas:
1.Diarreas frecuentes, al principio líquidas, de color
normal y luego como agua de arroz. Las deposiciones pueden ser incoloras y sin
dolor.
2.Vómitos explosivos con náuseas (en algunos casos).
3.Rápida deshidratación producida por la diarrea y los
vómitos: lengua seca y sed intensa, pulso rápido, sudoración fría.
4.Calambres musculares relativamente dolorosos y/o
entumecimiento de las piernas, debido a la pérdida de potasio.
El cólera es totalmente curable si se reemplazan
inmediatamente los líquidos y sales perdidos con la diarrea. Para ello, los
pacientes son tratados con soluciones rehidratantes administradas por vía oral,
como las mezclas envasadas de azúcar y sales que se disuelven en agua y se
beben en grandes cantidades. Los casos graves requieren que la restitución de
los líquidos se haga por vía intravenosa. Asimismo los antibióticos acortan el
curso de la enfermedad y la gravedad de la misma, aunque no son fundamentales
como la rehidratación.
- HEPATITIS AYB:
La hepatitis A se propaga cuando se tragan pequeñísimas
partículas (microscópicas) de heces humanas. Sin saberlo, comemos o tomamos
pedacitos microscópicos de heces que están en la comida y en el agua.
La hepatitis B se propaga a través de contacto con la sangre
u otros líquidos corporales de una persona infectada. Sólo es necesario una muy
pequeña cantidad de líquido corporal para propagar el virus.
Los síntomas más
frecuentes de la hepatitis A y B incluyen: • cansancio extremo • debilidad
muscular • pérdida o falta de apetito (no tener hambre) • náuseas o vómitos •
fiebre • estómago distendido y con dolor • orina (pis) de color oscuro • color
amarillo en los ojos y la piel.
- ASCARIASIS:
Es una infección del intestino delgado causado por un gusano
redondo denominado Ascaris lumbricoides.
Pueden causar daños viscerales, peritonitis e inflamación,
extensión del hígado o bazo, toxicidad y neumonía. Una infección fuerte del
gusano puede causar deficiencia nutricional; otras complicaciones, a veces
fatales, incluyen obstrucción del intestino por una bola de gusanos
(especialmente en niños), obstrucción de la bilis o conducto pancreático.
La comida no cocinada, que se ha cultivado en suelos
contaminados o regados con agua residual no tratada adecuadamente, puede
provocar este tipo de infecciones.
- GIARDIASIS:
es una infección del intestino delgado por un protozoo
denominado, Giardia lamblia. Se contagia por media de vía fecal, oral, y mas
comúnmente por comida contaminada debido a que se utilizan manos sin lavar
infectadas o por personas que beben agua subterránea contaminada con
contaminantes y heces de animales infectados.
- FIEBRE TIFOIDEA:
La Salmonella typhi se propaga a través de alimentos, agua o
bebidas contaminadas.
Algunas personas
pueden convertirse en portadores de la bacteria Salmonella typhi y continuar
expulsando la bacteria en sus heces por años, diseminando la enfermedad.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre, malestar general y
dolor abdominal. A medida que empeora la enfermedad, se presenta fiebre alta
(típicamente por encima de 39.5°C) y diarrea abundante.
Algunas personas con
fiebre tifoidea presentan una erupción en la piel como "manchas
rosas", pequeños puntos rojos en el abdomen y el tórax.
El tratamiento incluye la rehidratación con el aporte
de líquidos y electrolitos, tanto por
vía oral como por vía intravenosa según el grado de gravedad, y el tratamiento
antibiótico contra las bacterias.